No pasa nada

poketmonster [rsa]

Despiertas sobresaltado. Como asustado. El corazón palpita como queriéndose cambiar de cuerpo. No fue a raíz de ningún sueño, sino de algo más. En la boca aún tienes el sabor a sal que deja una mar embravescida y ya no recuerdas si en verdad estabas soñando que nadabas en el mar o que una ola salió de tu boca, como si la luna subiera la marea. Intentas recordar qué soñabas cuando comprendes que estás despierto. Sobresaltado. No era una pesadilla, y tampoco alguien anda rondando por casa. No hay nadie en la calle cuando te asomas, y el teléfono, impávido sobre la mesa, te observa, mudo, y hasta molesto por haber encendido la luz. Quizá la vida tenga suficiente humor como para asustarme y hacer que justo ahora suene el teléfono, piensas, pero este parece dormido, y no importa cuánto tiempo lo mires fijamente, este no dará señales de vida. Levantas el auricular y el tono siniestro del otro lado te tranquiliza. No pasa nada en realidad. Pero algo te sobresaltó. Haces un recuento: qué día es hoy, qué hora es, qué harás mañana, qué pendientes tienes… Nada. El calendario está tan vacío como la semana pasada. Empiezas a sudar frío. No hay qué escribir, la computadora parece estar muy lejos. En la calle no pasa nada, ni el gato del vecino se asoma esta noche. No pasa nada. Te secas el sudor de la frente e intentas calmarte, todo está bien. No pasa nada, y no como en la casa de Bernarda Alba, sino que de verdad así pasa. Sólo desperté, murmuras para ti, y vuelves a la cama, apagas la luz y boca arriba esperas el sueño. Tun tun, el corazón y el crujido de la tripa trabajando la cena son lo único que se escucha, pero como si fueran de alguien más. Nada. No pasa nada. Pero no te quedas dormido. Morfeo parece haberse olvidado de ti o en plan de una mala broma. Es hora de dormir. Repasas qué harás mañana por enésima ocasión, nada en particular, rutina, todo en orden. No tienes planes. Tic tac, el reloj; ha pasado más de una hora, más de dos, pierdes la cuenta. Comienzas a aletargarte, te consume poco a poco la pesadez, quizá sea el sueño, estás entrando a ese lugar, y de nuevo un golpe de pecho te sienta sobre la cama y se repite la primera sensación que te despertó hace un tiempo ya, quizá hace más de un día, el tiempo es distinto a estas horas. Te aterras, lo entiendes. Sí pasa algo, y mucho, y es que no está pasando nada.

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