It’s easy

It’s easy to write when you are mad. Your pen slides when you are furious, hurt and alone. All makes sense at the same moment it begins to be forgotten. A sun bath, a long walk, a never ending run to be where  you don’t want to be.

It’s easy to pretend you forget, it’s free to hurt someone and it may seem fun to seek for revenge. But at the same time it stops making sense and you need a mirror when there are non.

It’s easy to breathe, cheap to cry, and liberating to scream. But the contents in your head don’t change if you are alone.

16 de febrero

Tres facturas, dos gatos y un campo yermo que aún no conozco. Dos cigarros y la pérdida de tiempo que requiere consumirlos. 10 dedos para teclear y suponer que hay algo más que una pantalla perdida en un mar de resultados en un buscador. Un pequeño desastre y con algo de suerte podré volver a decirle buenos días al portero, al señor del estanco, al argentino del café y a señora de 84 años y a su perra Lola. Si con esos pequeños aires se contase mi vida, pasaría como una brisa de verano, de esas que agradeces para descansar el brazo del abanico, pero que luego recriminas por estropearte el peinado y tan rápido como vino se fue, y quizá mañana llegue otra, quizá no.

La cabeza se aturde, quieres conseguir algo para no vaciar las arcas, y no sabes si escribir sobre al política mundial implique una pérdida de identidad… otra vez.

Esas cabezas que han sido los «viejos sabios» de tu infancia te recriminan tu falta de empuje, y el inevitable fracaso de tus decisiones más recientes… No importa cuántas sonrisas sinceras dibujes en tu rostro a lo largo de cada día. «Si eres amiga de la gente del servicio y no de la vecina millonaria»… no pues no. Si es que la señora esa no regresa nunca ni el saludo que me enseñaron que no se le niega a nadie (excepto al viejo del piso de abajo que más le vale no volver a aparecer).

Un poco aquí un poco allá, se deshojan las margaritas, regresa la primavera, y quizá el verano resulte más aletargador que una lagartija tumbada al sol. Así que con un post-it sin pegamento con un mensaje sin sentido, el bote de barniz para una pseudo mesa-baúl, libros de autoescuela, un juguete gatuno (o 10), un bolígrafo y un vaso con restos de zumo (que no jugo) de manzana se termina otro día mientras la televisión habla sin mucho sentido…

Una manzana y a dormitar.

Agradecimientos inesperados

Gracias por recordarme que la amistad no siempre va de la mano con familia. Gracias por recordar que el amor es gratis. Gracias por recordar que quien se supone te quiere no te conoce. Gracias por recordar que quien más te quiere no siempre sabe lo que es mejor para ti. Gracias por recordar que no vale la pena insistir ante ciertos muros. Gracias por recordarme que la confianza se gana. Gracias por demostrarme que hay una doble cara. Gracias por recordarme que tengo más fuerza. Gracias por herirme. Gracias por recordarme que me duele por haberme dejado. Gracias por recordarme que soy más fuerte. Gracias por recordarme que no te debo nada. Gracias por recordarme que mi amor y mi amistad están bien dirigidos. Gracias por la distancia. Gracias por recordarme que no tengo que demostrate nada. Gracias por creer que existen los secretos. Gracias por creer que soy tan inocente. Gracias por darme tan poco crédito. Gracias por hacerme más fuerte. Gracias por hacerme más madura. Gracias por hacerme menos ciega. Gracias.

No duele saber que lo que siga será por pura cortesía. Duele que sea con alguien que te quiere, pero no te quiere como tu quieres que te quieran.

Gracias, desde lo más profundo, y con toda sinceridad.