Insomnio

-¿Sufre usted de insomnio?

-Sólo cuando no duermo…

Popularmente se decanta que «a todo se acostumbra uno, menos a no comer» y hay que reconocer que en muchas, por no decir la mayoría, de las ocasiones no es motivo de orgullo decir que te acostumbras a algo (personas, crisis, criminalidad, vicios…). No quisiera llegar a decir que me he acostumbrado al insomnio, sobre todo porque el mío no lo catalogo como crónico y sólo cuando en verdad de día no funciono de manera más o menos coherente es que busco algún tipo de remedio que me ayude a solventar alguna de esas ya más esporádicas noches. El acostumbrarse a algo, lo que sea, viene acompañado de una serie de ventajas, y debo reconocer la falta de información personal al respecto que he encontrado en la red. Pero el no dormir tiene ventajas que en pocas ocasiones nos atrevemos a enlistar, aún sabiendo que para los cánones que marca el ritmo del mundo y nuestra biología no es sinónimo de salud, y seguro que hace falta encontrar algo que te motive mientras luchas inútilmente por encontrar una posición para poder dormir esta noche mientras la cama ya no parece cama y el reloj parece culpable del paso del tiempo.

Insomnia at its finest

Hay cierto poder en el insomnio que atañe a los artistas, quizá por la soledad, el silencio y la capacidad de reflexión que se genera si se le da la oportunidad. Es el insomnio algo tan íntimo que compartirlo con otro insomne puede resultar incómodo, como que alguien lea del mismo periódico que tú a tus espaldas. Se torna silencioso, como si el llenarlo de sonidos fuera a espantar a los fantasmas, los pensamientos y los sueños lúcidos. Es como si de verdad, con la falta de sol, encontraras a ese yo que está del otro lado del espejo intentando llamar tu atención para tener un punto de vista distinto. Se resuelven cantidad de cosas y se piensan muchas más, pero definitivamente tiene un lado reflexivo que también se aprende a apreciar. Además muchas veces durante el día no eres capaz de escuchar el sonido de tu propio corazón, y reconocerlo es también parte de un gusto adquirido, como si de reconocerse al espejo se tratase.
No siempre el insomnio es tiempo perdido, puedes leer novelas enteras sin interrupciones, organizar, limpiar y hasta reordenar toda tu colección de revistas. Puedes navegar en la Internet y descubrir curiosidades, noticias, detalles, o mercancía que es obvio que algún insomne a creado, y entre lo ridículo, útil o ingenioso que pueda resultar, te molesta que a tu yo insomne no se le haya ocurrido antes.
Yo no soy fan del insomnio, y no cargaría un pin o me pondría una camiseta para gritarle al mundo algo como «Insomnia ROCKS!», porque al final de la noche es mi insomnio, mío, aún cuando en igual número de ocasiones desearía que no lo fuera, pero aprendes a quererlo cuando puedes.
Es creativo, de ahí que no se culpe a un pintor, escritor, cineasta o profeta que demuestre un aire ojeroso, canso y alienado durante el día siempre y cuando haya una obra «digna del reconocimiento de los durmientes» para seguir inflando los bolsillos y el ego de sus descubridores.
Finalmente si no fuera por un leve ataque de insomnio no estaría escribiendo esto o ver series de televisión que nunca me atrevería a decir que las veía cuando eran un estreno, y menos ahora que ridiculizan el avance del presente.
Encontré muy poco en la red, al menos en idiomas legibles para mí, sobre otros que gusten encontrarle ventajas al insomnio, y por eso les recomiendo le echen un vistazo, sólo por si acaso AQUÍ…

Girasol Insomne

girasoldemente@yahoo.com.mx