El frío también es de plástico.
Arrastrando los pies la virgen vuelve a subir a su pedestal, el muñeco a la cama, el pájaro a su nido, y la pulser al joyero. Con las manos tiesas, unas arrugas hacen acopio de fuerzas para encender otra vela a la sombra de lo que fuera una oración, después casi un mantra, y finalmente en una repetición sin sentido pero colmada de hábito. Por la ventana se soma un colibrí que olvidó volar, y una ardilla que juega a ser perro. Nadie los ve cuando son lo que son, pero todos imaginan que en su diario quehacer se han vuelto felices. Es mejor no saber, es mejor permanecer fuera. La imaginación es el consuelo. Con carmín se pinta el sueño de almohada, mientras bajo el colchón se acumulan las «milagrerías».
«Se busca testigo de vida» para acompañar la cena de tupper, que ronque poco, pero que abrace bien.
Que tanta ciencia y matemática, historia y filosofía te aten el cuello a una corbata, mientras el hambre se hace pastel.Otro tráfico y un nuevo compromiso obligado. Te esperaré para dormir mientras en televisión unos habladores se pelean a golpes a cambio de un par de gritos y flashes. Te contaré todo lo que el entrenamiento no logra hacer que entienda, pero que siento como aquel 1 del examen de lingüística. Que sea el eco de tu voz conocida el que poco a poco me arrope porque el remiendo tiene lo que queda de una sábana.
Puedes ser quien tu quieras.
Escalafón ideal, reloj de pulsera, piedras para tus adornos «joyeriles». Todo para poder comprar todo lo que existe, sólo porque puedes. Se acumulan los objetos que dicen mil cosas, pero ninguna susurra tu aliento. Un tatuaje de moda para jugar al significado. De nuevo el entrenamiento, el stiletto para destrozar la espalda y justificar el quiropráctico mientras se firma con un seudónimo de moda.
Mañana, cuando te canses, podrás dedicar tu tiempo a ti, mientras tanto, puedes ser quien tu quieras, mientras te envuelves en papel de celofán, y te duermes acompañado de quien quizá te deje por ser quien es.
El frío también es de plástico